Asegúrese de que los honorarios de su asesor o defensor legal sean justos. Siga nuestras recomendaciones sobre el cobro de honorarios legales.
Es común escuchar entre las personas que los abogados penalistas son muy costosos, incluso más que los abogados que se dedican a otras áreas del derecho. Esto, sin embargo, no tiene por qué ser así. Si bien los procesos penales deberían ser más costosos porque lo que está en juego es la libertad de la persona procesada, muchas veces se está ante situaciones de carácter civil, familiar, comercial, laboral o administrativo en las que, por la cuantía del caso o por su complejidad, los honorarios han de ser igual o más altos que los de un proceso penal, si éste no reviste una gran gravedad o si el delito es cuantificable y el monto no es muy significativo.
A la hora de pagar un abogado hay que tener en cuenta varias cosas:
La cuantía de su caso, de modo que el abogado deba cobrar un porcentaje sobre lo que se persigue o sobre el monto por el cual usted está siendo demandado. Este porcentaje oscila entre el 10% y el 30%. A mayor dinero, más bajo el porcentaje, y viceversa. Y como el trabajo del abogado es de medios, no de resultado, lo natural es que se cobre una parte para desarrollar el proceso, y otra al final, en la medida en que haya éxito.
La complejidad del proceso, pues hay algunos que requieren de trámites más sencillos o breves que otros, y esto el abogado lo debe tener en cuenta, explicándole al cliente en qué consiste la dificultad.
La duración del proceso, que puede ser de años, de suerte que cuando usted pague a un abogado no se imagine que le está entregando una gran suma de dinero por un asunto en específico, sino por un tiempo prolongado en el que usted podrá llamarlo, escribirle, reunirse con él y, en general, contar con el profesional para lo que necesite en relación con el proceso. Por eso, lo recomendable es tomar el valor total de honorarios y dividirlo por el número de meses estimados que durará su proceso. Esto lo hará ver con mayor claridad la dimensión del cobro de los honorarios.
Las tarifas mínimas del Colegio Nacional de Abogados, a las cuales nos referiremos más adelante. En ellas están enlistados todos los procesos judiciales y trámites notariales que requieren de un abogado, y, si bien no constituyen una camisa de fuerza pues el abogado puede partir desde ahí, sí son una buena referencia para los clientes.
Entonces, por ejemplo, un proceso civil en el que el demandante aspira a obtener una sentencia de $200.000.000 es un litigio de mayor cuantía por el que el abogado podría cobrar entre el 10% y el 15%, siendo normal que cobre un 5% —$10.000.000— por adelantar el proceso independientemente del resultado, y el resto al final, en la medida en que sea favorable. Además, usted recuperará parte de lo invertido en las costas judiciales.
En un proceso penal, en cambio, se cobra diferente. Nada tiene que ver el resultado pues lo que se cobra es la gestión, ya sea como apoderado de la víctima o como defensor. En este caso la defensa podría costar diez, veinte, treinta o más millones de pesos de acuerdo con la complejidad y gravedad del delito, pero siempre se pagarán por cuotas, a medida que avance el proceso, de modo que usted podrá ir midiendo la gestión del abogado a fin de que cada pago resulte justificado. Más adelante explicaremos esto con mejor aproximación.
¿Es recomendable optar por un abogado gratuito?
Por el hecho de que los abogados más famosos son los penalistas, normalmente se piensa que estos cobran honorarios impagables y entonces la gente sin grandes recursos opta por la representación de la Defensoría del Pueblo, que defiende forma gratuita. Esta, sin embargo, no es la mejor idea. Sin demeritar la valiosa gestión de los defensores públicos, lo cierto es que ellos no son los mejor preparados para la complejidad de los juicios penales, tienen muchísimos procesos luego no pueden detenerse en cada uno con suficiente atención, y además no están muy motivados para hacerlo debido a que sus ingresos no dependen de cada caso, sino de un contrato público que no es muy lucrativo.
¿Cuánto debería cobrar un abogado penalista?
Para tener una buena defensa no hace falta pagar grandes honorarios. Tampoco contratar al abogado famoso, que es precisamente el que se vale de su fama para cobrar cifras excesivas que muchas veces se aprovechan de la angustia y desesperación del cliente. No es verdad que por pagar una gran suma de dinero se vaya a lograr un buen resultado en un juicio penal, al menos si el abogado ejerce la defensa de forma honesta y no utiliza esos honorarios para cualquier práctica corrupta de aquellas que reprochamos.
Las tarifas mínimas de honorarios están regladas por el Colegio Nacional de Abogados[1]; un abogado justo se basa en ellas —y en la capacidad económica de su cliente— para definir cuánto cobrará por la defensa. Estas se tasan en salarios mínimos, que serán mayores en la medida en que el proceso se adelante ante un juez de mayor jerarquía, oscilando entre los 5 y los 30 salarios mínimos legales mensuales vigentes, que al año 2022 equivaldrían a $5.000.000 y $30.000.000 respectivamente. En todo caso, de acuerdo con la complejidad del caso el abogado puede partir de esos mínimos para cobrar un poco más, ya que estos procesos son largos, difíciles e implican una enorme responsabilidad y no poco estrés para el litigante; pero nunca se puede cobrar una cifra escandalosa e impagable que al cliente le represente empeñarlo todo para buscar su libertad. Si le cobran mucho más de las tarifas legales, debe inferir que ese no es el abogado para usted.
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