Derecho penal

El más complejo y sensible de los derechos requiere de abogados competentes, estudiosos y con un alto de sentido de la dignidad humana. El Derecho Penal se encarga de sancionar las conductas activas u omisivas que estén consagrados como delito en el Código Penal, cuando hayan sido cometidas por una persona natural mediando su dolo o su culpa, lesionando o poniendo en peligro un derecho ajeno, privado o público, que esté protegido por la ley penal, y sin poder justificar su conducta en alguna de las causales legales consagradas como eximentes de responsabilidad, siendo las más comunes la “legítima defensa” y el “estado de necesidad”.

 

Pero hay muchísimas más. Una buena defensa se basa en que el abogado, como estratega, defina su teoría del caso y enmarque la conducta de su cliente dentro del mejor escenario posible, con miras a lograr su absolución, su libertad o, cuando este no es posible, un tratamiento más dócil que tenga en cuenta ciertas circunstancias subjetivas u objetivas que aminoraban la gravedad de la conducta.

 

También está la posibilidad de negociar acuerdos con la fiscalía, y eso pende de la integridad y transparencia de un defensor que no prefiera cerrar un caso rápidamente, sino ofrecerle a su cliente, a partir de su concepto honesto, cuál es el mejor camino posible, que es el que menos ponga en peligro su bien más preciado, que es la libertad.